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Los niños/as que han sufrido abuso sexual y sus familias, necesitan ayuda y tratamiento profesional. Los especialistas en el área (médicos, pediatras, psiquiatras, psicólogos, terapeutas) pueden ayudar a los niños que han sido abusados a recuperar su sentido de autoestima, a sobrellevar sus sentimientos de culpabilidad sobre el abuso, a orientar a las familias sobre cómo manejar la difícil situación, y a comenzar el proceso de superación del trauma. Estos tratamientos pueden minimizar las consecuencias en su vida futura.
Que hacer cuando el niño/a devela abuso sexual:
• Primero, tratar de conservar la calma, y conversar con el niño en un lugar privado.
• Mostrar control de las emociones, no desbordarse, ya que agravaría el hecho.
• Creer lo que el niño/a le relata y hágaselo saber.
• No culpabilizarlo jamás de lo que pasó, muy por el contrario, manifestarle al niño/a lo valiente que es al contar lo sucedido.
• Exprésarle mucho amor, dejarle muy claro que se le sigue queriendo igual, que la relación no ha cambiado en nada.
• Hágale saber lo importante que es no guardar el secreto, y que necesita de otras personas para protegerlo.
• Busque ayuda profesional, un caso de abuso sexual requiere un abordaje multimodal (médico, psicológico y legal).
CÓMO REALIZAR LA DENUNCIA?
Es necesario recurrir a alguna de las instituciones que se señalan más adelante, y dar una descripción detallada de los hechos observados y que son constitutivos de delito. Idealmente deben aportarse los datos de identificación de la víctima, familiares y el posible agresor. Las Instituciones en las que puede realizarse la denuncia son:
• Carabineros de Chile: Funcionario que se encuentre en el centro de salud respectivo, si lo hubiere, o en cualquier comisaría (atiende las 24 horas).
• Policía de Investigaciones de Chile PDI
• Ministerio Público: atiende sólo durante las mañanas.
• Juzgados de Familia, Los casos de abuso sexual son generalmente derivados al Ministerio Público para que se realice la denuncia. Se sugiere utilizar esta vía sólo como último recurso y cuando se requiera solicitar medidas de protección inmediatas hacia el niño/a.
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Es importante el conocimiento y la información entregada por los primeros educadores “PADRES”, pero por si sola no es suficiente. Es trascendental que desde la infancia se puedan adquirir y fortalecer una serie de destrezas, competencias o habilidades que le permita a los niños/as poder defenderse efectivamente de situaciones de abuso sexual y no sexual. Estas habilidades se aprenden y pueden ser entrenadas en procesos de aprendizaje estructurado, no se adquieren por el solo hecho de que se le dé al niño/a una instrucción verbal imperativa (cuídate, detente, tienes que saber cuidarte) un error decirles que se cuiden sin habilitarles para ellos, sin enseñarles que hacer y cómo hacerlo. Esto requiere sesiones de entrenamiento que impliquen una explicación de la habilidad a enseñar un modelamiento, ejercicios de práctica, retroalimentación y tareas.
El desarrollo de algunos de los valores básicos relacionados con la prevención del abuso sexual infantil, es un proceso continuo, permanente en la educación en valores que debe estar a su vez enmarcado en el contexto de una educación sexual integral insertada en el currículo escolar y en la misión de la familia. Los elementos claves a desarrollar son los siguientes:
• Valorar el cuerpo, comprender las emociones y las vivencias corporales como buenas, valiosas e importantes.
• Aprender la importancia del respeto por el otro y valorar la posibilidad de convivencia social sin necesidad de instrumentalizar al otro, de usar a los demás para nuestro beneficio, incluso a costa de su malestar.
• Respetar la decisión personal del otro: para conseguir lo que necesitamos de los otros. Podemos obtener de los demás pero teniendo en cuenta su consentimiento.
• Promover el concepto autonomía y consentimiento: abrazar, besar, sentir, intercambiar afecto y placer en el contexto del respeto por la autonomía y el consentimiento.
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FACTORES PROTECTORES QUE PUEDEN IMPEDIR
ABUSO SEXUAL INFANTIL
Se puntualiza muy fuertemente algunas características personales del niño/a en la interacción con la familia que de alguna forma son consideradas factores de protección y que deben ser reforzados eficazmente por los padres en el proceso de crianza del niño/a, estos son:
• La función parental como factor protector: La función parental tiene tres finalidades fundamentales:
a) Nutriente: consistente en proporcionar los aportes necesarios para asegurar la vida y crecimiento de los hijos.
b) Socializadora: se refiere al hecho de que los padres y las madres son fuentes fundamentales que permiten a sus hijos el desarrollo de un autoconcepto o identidad.
c) Educativa: hace referencia a que los padres deben garantizar el aprendizaje de los modelos de conducta necesarios para que sus hijos/as sean capaces de convivir, primero en la familia y luego en la sociedad, respetándose a sí mismo y a los demás.
• La necesidad de lazos afectivos seguros y continuos en el tiempo: La satisfacción de necesidades afectivas permiten al niños/a vincularse con sus padres y con los miembros de la familia, tejer lazos con su medio ambiente natural y humano, y desarrollar un sentimiento de pertenencia que les brinda seguridad.
• El afecto: cuando el cariño, la ternura están presentes, esto refleja un modelo educativo nutridor y bien tratante, en cambio, cuando éstas están ausentes o con ambivalencias, estamos en el dominio de los malos tratos.
• Empatía: es la capacidad de percibir las vivencias internas de los niños/as a través de la comprensión de sus expresiones emocionales y gestuales con las que manifiestan sus necesidades.
• Trasmisión de valores colectivos: La trasmisión de valores colectivos que los padres deben enseñan a los niños/as respecto a la vida, los seres vivos, el respeto de los derechos de los demás. Integrando una ética que les haga responsables de sus actos, tanto de los que deben sentirse dignos y orgullosos. Como ejemplo; promover las relaciones altruistas y solidarias.
• Un buen desarrollo de la autoestima: Con el propósito de prevenir cualquier tipo de abuso, es primordial que al niño/a se le fortalezca su autoestima, de qué forma?: Sintiéndose amado y respetado. Un niño/a que se quiere a si mismo esta menos expuesto a cualquier tipo de vulneración, ya que poseerá conductas de autocuidado y sabrá pedir ayuda en caso de necesitarla.
• Valorar su cuerpo: Es importante que el niño/a conozca y nombre cada parte de su cuerpo, reconociéndolo como un espacio íntimo, tomando así conciencia de su importancia y la necesidad de cuidar de él.
• Comunicación óptima: Si los padres se comunican con sus hijos en un ambiente de escucha mutua, respeto y empatía, nos encontramos en un dominio educativo nutridor. Una buena comunicación con los padres es transcendental, los niños/as se sienten apreciados y aceptados. Si son oídos y acogidos, podrán desarrollar con mayor facilidad la habilidad de decir lo que sienten o les acontece. En cambio, el uso permanente de la imposición arbitraria de ideas, sentimientos y conductas, logra sumisión en los niños/as que los hace vulnerable a todo tipo de abusos sexuales y no sexuales.
• Expresar/comunicar emociones/sentimientos: Los padres son los únicos mandatados para enseñar a los hijos a expresar lo que sienten a comunicar sus emociones y preocupaciones, dar cuenta de lo que necesitan día a día de su mundo interno. Que niños/as sepan distinguir o reconocer emociones o sensaciones que provocan bienestar de las que son desagradables. El niño/a al diferenciar sus propias emociones y/o sentimientos, le será más factible distinguir entre una intimidad afectuosa o una caricia peligrosa o mal intencionado.
• Respetar los espacios del niño/a, su metro cuadrado, sus propios límites: El entorno próximo al niño/a; padres, abuelos, tíos, muchas veces exigen a los niños/as mostrarse amables y cariñosos con los demás, no tomando en cuenta respetar las señales corporales que nos entregan los niños/as. Asimismo, debemos tener presente que al niños/a se le hace muy dificultoso negarse a la petición de un adulto, ya que cree que por hecho de ser adulto debe obedecer y aceptar ser amable y servicial ante sus peticiones.
• Formación Sexual: Radica primariamente en el sistema familiar, son los padres los primeros formadores en la sexualidad de sus hijos. Es así como el mayor factor de riesgo con respecto al abuso sexual infantil es la ignorancia del niño/a en esta área. Por lo que se hace recomendable que sean los padres los que lideren la iniciativa en el abordaje del tema. Para ello se hace necesario usar vocabulario claro y apropiado para la edad del niños/a. Los niños/as al no encontrar respuesta a sus inquietudes sexuales dentro del sistema familiar, la averiguaran en otros lugares; amigos, internet, medios de comunicación u otras fuentes. Quienes abusan se benefician de esta ignorancia para acercarse a los niños/as.
• Los padres presentes como primeros responsables y protectores de sus hijos: Los padres deben realizar evaluaciones y chequeo de referencias de nanas, baby sitters, choferes de transporte escolar, profesores, tías/os del jardín, instructores en actividades extra programáticas, entrenadores, e incluso personas conocidas como; vecinos del barrio, jardinero, guardias de seguridad del barrio, etc. Si nuestros hijos participan de grupos, scouts, deportes, pastorales, etc. los padres deben saber quiénes son sus líderes, conocer sus programas (anuales, mensuales, diarios) de actividades. Preguntemos por sus curriculum, su trayectoria, sin temor.
• Hablar con nuestros hijos cada vez que salen del colegio/jardín: Hablar de sus actividades, o de estar al cuidado de otra persona (así sean nuestros propios familiares). Saber cuán bien lo han pasado, especialmente, para notar señales de lo contrario, si no son tan expresivos en la conversación podrá dar señales o indicadores de algún malestar silenciado.
•Alerta con Internet: Estar atentos a las actividades que desarrollan los hijos en computadores de escuelas, colegios, o del hogar. Internet es una gran herramienta, bien usada. Pero administremos los tiempos de acceso al computador según la edad de cada niño (de menos a más).
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