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SERVICIO DE MEDIACIÓN FAMILIAR

Cuando una persona o una pareja, con o sin hijos, se ve abocada a plantearse romper la convivencia conyugal y no vivir más juntos, es sin duda una de las decisiones más difíciles que deben afrontar. Afrontar una situación de separación o divorcio supone con mucha frecuencia una experiencia penosa para la vida de la familia.

Entrar en el proceso de redefinir a la otra parte de la pareja como alguien distinto de lo que hasta ahora ha sido, es decir, como alguien que ya no es "mi pareja", el complemento afectivo para el futuro, es una experiencia compleja y difícil de realizar; supone entre otros aspectos, "desandar" el camino del enamoramiento, elaborado con el tiempo y con muchas experiencias, unas desafortunadas y otras no. En este estado de cosas, las parejas que, paradójicamente quieren separarse, quedan "trabadas" como parejas y "encontradas" como padres.

La separación es más que un proceso legal, es un proceso emocional intenso con repercusiones en la pareja y en los hijos; en cuyo recorrido los padres suelen estar muy agobiados y tienen dificultades para responder con lucidez y serenidad a las necesidades de los hijos y las suyas propias al mismo tiempo. A veces, llevados por la angustia, recurren a los hijos en busca de apoyo y ayuda, lo que supone agregar sobre sus hombros una carga demasiado pesada. En otras ocasiones, los hijos sirven de chivo emisario sobre el que los padres descargan toda su agresividad, lo que puede desencadenar en ellos un rechazo hacia uno de los padres o hacia ambos.

Los conflictos conyugales suelen perdurar y prolongarse aún después de la separación con efectos negativos en los hijos y en la propia pareja. Todo ello está indicando que no se realizaron ciertos ajustes necesarios o que no se tuvieron en cuenta ciertas necesidades.

Así pues, la solución no está tanto en separarse o divorciarse cuanto en la forma de tomar esta decisión. La solución está obviamente en "saber" separarse, es decir, establecer, consensuar, negociar las condiciones más favorables para todos los miembros de la familia y, en especial, para los hijos: "separarse aunando las relaciones como padres".

Ante una situación conflictiva que presagia la separación, la pareja puede adoptar una de estas tres posturas:

  • Seguir viviendo juntos en statu quo.
  • "Trabajar" el conflicto en terapia de pareja o individual.
  • Recurrir a un mediador familiar.

 ¿QUÉ ES LA MEDIACIÓN FAMILIAR?

Es un proceso confidencial, metodológico de gestión o resolución de conflictos familiares, en el que la pareja en circunstancias de separación o divorcio, solicita la intervención de un tercero imparcial, llamado mediador (profesional cualificado) que llevará a cabo la mediación, ayudando profesionalmente a las partes de la consecución de acuerdos satisfactorios para ambos y el logro de su cumplimiento, siendo estos equilibrados y equitativos, bajo los principios que la rigen. Neutralidad, Imparcialidad, Confidencialidad, Voluntariedad.

 ¿A QUIÉN VA DIRIGIDO?

  1. A parejas decididas a separase o a divorciarse.
  2. Cualquiera de las partes que desee llegar a acuerdos beneficiosos para el bienestar integral de los hijos y de las partes.

 ¿OBJETIVOS DE LA MEDIACIÓN FAMILIAR?

Facilitar que se establezca una nueva relación entre las partes en conflicto, aumentando así el respeto y la confianza entre estas, y de esta forma corregir percepciones e informaciones falsas que se puedan tener respecto al conflicto y/o entre los implicados, creando crear un marco que facilite la comunicación entre las partes y la transformación del conflicto.

  1. Conseguir acuerdos mutuos relativos a reparto de bienes, pensión de alimentos, custodia de hijos e hijas, vivienda familiar, etc.
  2. Favorecer la estabilidad emocional de la mujer, del hombre y de los hijos y las hijas durante todo el proceso de separación y una vez finalizado el mismo.
  3. Proteger a los hijos de quedar atrapados en los conflictos de los adultos
  4. Apoyar a las familias en proceso de separación en la redefinición de roles y funciones en esta difícil etapa familiar.
  5. Garantizar el derecho de los hijos y de las hijas a conservar a su padre y a su madre.

 ¿QUE TEMAS SE PUEDEN MEDIAR?

  1. Divorcio
  2. Tuición y cuidado de los niño
  3. Pensión alimenticia para los hijos.
  4. Pensión alimenticia y/o compensatoria para él/la cónyuge.
  5. Guardia y custodia.
  6. Patria potestad
  7. Régimen de visitas y/o Regulación de Visitas: Relación entre padres e hijos que viven separados.
  8. Liquidación o Distribución de bienes.
  9. Uso del domicilio conyugal.

¿QUÉ RESULTADOS SE PUEDEN ALCANZAR?

Si las personas establecen un acuerdo, éste se podrá presentar ante el tribunal para que sea aprobado. Dicho acuerdo tiene la misma validez que una sentencia judicial, y en caso de no respetarse, cualquiera de las partes puede acudir al tribunal para exigir su cumplimiento. De no producirse un acuerdo en la mediación, las personas podrán recurrir a las instancias legales para solucionar la situación conflictiva, con el consiguiente retraso que esto significa, ya que una de las características de la mediación es la rapidez del proceso, no así las instancias legales.