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 tribus urbanas

 

Entre la inmadurez de la niñez y la deseable madurez de la edad adulta se encuentra la adolescencia, etapa breve, pero crucial para el desarrollo del ser humano.  Cuando el adolescente se desprende de la familia como única fuente de resguardo y seguridad, obliga la continuidad natural del contacto con el colectivo humano, de ahí la relevancia que adquieren los grupos, bandas, pandillas y tribus urbanas en la vida de los adolescentes.

Durante esta etapa del ciclo vital, se modifican las relaciones que los adolescentes tienen con sus familias y cobran vital importancia los lazos que establecen con sus pares. Muchos de estos jóvenes, establecen una dependencia excesiva de las normas, pautas culturales y valores de sus grupos, por la seguridad que les otorga el pertenecer a ellos.

 El adolescente muestra variadas formas de reaccionar frente a las crisis existenciales y frente al entorno social que le molesta. Una de estas formas es fabricar una identidad con ayuda de cosas, como; motocicletas, autos de carreras, cine-televisión-música, como un intento de apropiarse del mundo y de la sociedad a través de los objetos. También asume posturas radicales, con el equivocado objetivo de derribar el sistema mediante la violencia, o bien la separación, cuya única salida es situarse fuera de lo socialmente establecido. Constituyendo una anti sociedad, y es aquí donde cobran importancia las tribus urbanas, agrupaciones de jóvenes que comparten hábitos y valores comunes que, son una forma de microcultura emergente en sectores urbanos populares, utilizando el espacio para construir su identidad social.

Cada tribu urbana puede caracterizarse por un estilo propio,  las más conocidas; góticos, punks, skinhead, sharps, Emos, Pokémon, etc. La mayoría de los adolescentes que forman parte de estas tribus provienen de sectores urbanos populares, con necesidades básicas insatisfechas, la figura paterna es más bien periférica, lejana, sin compromiso afectivo. No tienen acceso a una buena educación, ni esperanza de seguir carreras universitarias, o pensar en un empleo o trabajo estable. Las vidas de estos adolescentes giran en torno a la inactividad y la privación.

Las condiciones socioculturales en la actualidad, donde se promueve la falta de certezas, el escepticismo, la falta de proyección de futuro, el consumismo, la búsqueda de placer inmediato, el individualismo. Una sociedad que tiende a la fragmentación y la desigualdad, donde la carencia de espacios propios (para los jóvenes) favorecen el surgimiento de estas tribus. Se podría concluir entonces que, la búsqueda de pertenencia, identidad, proyección, validación y seguridad, y por sobre el "reclamo" a lo socialmente establecido, es la base de este fenómeno.

Estos jóvenes que viven al límite de lo marginal, son quizás, los seres humanos que mejor recibirían la más elevada enseñanza si se les diera la oportunidad, pues la energía que los mueve debiera de usarse como impulso, para ayudarlos a transitar por otro camino, bien distinto del que recorren. Como sociedad estamos al debe, tenemos una gran deuda pendiente, es hora de comenzar a trabajar en serio por el bienestar, una verdadera oportunidad y un sano desarrollo, del futuro de nuestro país, los JÓVENES.

 

Jessica Flores R.

Terapeuta Familiar