Ausencia de la figura paterna
La sociedad presenta y valoriza cada vez más las imágenes de la relación madre/hijo, olvidando la función fundamental de la figura del padre en la tarea educativa y de transmisión de valores. El aumento de divorcios, la relación monoparental y los adelantos técnicos de la procreación asistida, favorecen también la cultura del hijo sin padre (no eres necesario para engendrar un hijo, no eres necesario como compañero, no eres necesario porque lo que tu transmites como varón en tu identidad sexual, no es indispensable para la realización del hijo).
Como consecuencia de todo ello, ha aparecido una amenaza real a la masculinidad del hombre y a su papel en la sociedad. Podríamos afirmar que existe una crisis del rol del varón. Las palabras del Papa Juan Pablo II en la Familiaris Consortio, hace casi 20 años, han sido proféticas "Es necesario esforzarse para que se recupere socialmente la convicción de que el puesto y la función del padre en y por la familia son de una importancia única e insustituible".
La Privación Paterna
De un modo operativo, se distinguen dos tipos de ausencias o privaciones de la figura paterna; la ausencia real que se da siempre que el padre no existe por alguna razón que pueda darse como; muerte, separación conyugal, desaparición por abandono de la familia. Y la denominada ausencia Virtual; la cual existe siempre que hay una presencia inadecuada, ineficaz o insuficiente.
En este segundo caso el padre vive y vive en la familia, pero su presencia en términos de relación emocional, de vinculación afectiva o de presencia educativa a través de los procesos anteriormente expuestos, es prácticamente inexistente. No hay padre en términos relacionales aunque físicamente esté presente.
El Problema de los Sustitutos Paternos
En todo proceso evolutivo del ser humano hay un momento en que el padre deja de ocupar un lugar preferente para dar paso a la aparición de otros modelos. Esta es la base de la identificación secundaria según la cual el niño empieza a fijar su atención en adultos que no son el propio padre.
Pero cuando no se ha llenado el vacío producido por algunas de las modalidades de privación paterna, el sujeto debe buscar un modelo que supla y llene cuanto dejó cubrir el propio padre. Es aquí donde aparece la necesidad de buscar y tener modelos sustitutos del padre que tanta importancia ha tenido en algunos momentos concretos.